En esta ocasión la cita fue en El Escorial.
Una boda llena de originales sopresas enmarcada en un lugar histórico y con mucho encanto.
Las sopresas empezaron con las invitaciones para los invitados.
Era una preciosa cajita de madera que contenía un huevo pintado a mano con un bonito mensaje en su interior, acompañado de una flor muy especial, hecha de papel, y una tarjeta que nos invitaba al Gran dia B, el fantástico día que recordarían toda su vida.
Como en toda boda, el secreto más guardado era el vestido de la novia y en este caso con más motivo.
La novia se decanto por una especial obra de arte con cien años de historia que fue restaurada con mucho mimo y cariño por una gran amiga de la familia.
Este bonito y extraordinario traje estaba complementado con un original ramo con toques verdes, blancos y amarillos.
Sin olvidar a los más pequeños, se creo este bosque de globos para que pasasen un rato entretenido y divertido; también serviría a los adultos como photocall para tomar algunas divertidas instantaneas para el recuerdo.
Adentrándonos en la fiesta nos topábamos con este bonito rincón lleno de recuerdos, fotos de las bodas de los familiares y un original libro de firmas en el que nos asistentes estaban invitados a dejar sus pensamientos junto a la foto que se habían tomado antes durante la fiesta y que habían encontrado impresa junto al libro.
Un fin de fiesta lleno de bonitos detales fue complementado con una forma muy original de entregar el alfiler clásico de las bodas, éste estaba pinchado en una tarjeta en la que, con un entrañable mensaje, se les agradecía a los invitado el haberles acompañado en ese día especial e inolvidable.
GRACIAS A VOSOTROS
¿Que os parecen las bodas con toques personales y llenas de sorpresas? Nosotros podemos hacer de este bonito dia algo inolvidable. ¿Te animas?
Feliz semana.
